Rinoplastia (Nariz)
La cirugía estética de la nariz puede tratar el dorso, la punta y el tabique, dependiendo de las alteraciones que presente, y puede ser de disminución o de aumento.
La rinoplastia es una de las intervenciones más frecuentes en nuestro país, especialmente en hombres y su objetivo principal es conseguir el mayor efecto armónico, no sólo de la nariz como estructura separada, sino de la nariz con respecto al resto de la fisionomía facial. En realidad se busca el hacer la nariz que le corresponde a los rasgos que presenta cada paciente y, además, que la nariz tenga un efecto natural, que no se evidencie como una nariz operada. Por eso, la cirugía de la nariz es uno de los mayores retos para el cirujano plástico: es la combinación de la ciencia con el arte, de la técnica con la sensibilidad.
Tradicionalmente se ha visto la rinoplastia como la cirugía para el tratamiento de las narices muy grandes (rinomegalia) que normalmente presentan una elevación del dorso en forma de giba (rinocifosis), pero igualmente puede tratar pequeñas inconformidades estéticas, tales como una punta un poco redonda o alas nasales ligeramente ensanchadas.
Esta operación consiste en, a través de una incisión realizada en la mucosa nasal, despegar la piel, retirar el exceso de hueso y cartílago del dorso y remodelar los cartílagos de la punta de la nariz. En ocasiones hay que proceder con la fractura de los huesos nasales con la finalidad de poderlos aproximar. Por otra parte, lo más importante y a la vez más difícil es conseguir armonizar el dorso y la punta resultantes.
Paso a paso
Tumescencia
Luego de la desinfección de la piel de la nariz, se infiltrará con una inyectadora una mezcla de medicamentos con propiedades anestésicas y antihemorrágicas en los sitios donde se incidirá con el bisturí, es decir, debajo de la piel y cerca del tabique nasal. Esta solución medicamentosa se dejará actuar por algunos minutos, mientras se avanza con otros aspectos del procedimiento.
Limpieza
Luego de colocar un taponamiento nasal provisional, se procede a la limpieza de la piel del resto de la cara con jabones y soluciones antisépticas. Se quita delicadamente el taponamiento nasal y se procede a retirar todos los vellos nasales, a fin de que no contaminen el área quirúrgica. Se refuerza la limpieza nasal por dentro y por fuera y se colocan los campos estériles de tela.
Incisiones
Por tratarse, en este caso, de una rinoplastia cerrada, no se realizan incisiones externas para abordar la estructura de los cartílagos y huesos que se modificarán con la cirugía; por tanto, se realiza una incisión en forma de arco o paréntesis que bordea la mayor parte de la región interna de la nariz. Esto se repite de ambos lados.
Despegamiento
Este paso consiste en el despegamiento amplio de la piel nasal del cartílago y los huesos, hasta el nivel de la frente y comienzo de las mejillas, siempre mediante maniobras suaves y amplias. Mientras una de las manos del cirujano sujeta el instrumento de disección, la otra palpa la piel y sirve de guía para orientar dichas maniobras.
Corrección de la punta
Gracias al despegamiento de la piel realizado en el paso anterior, los cartílagos excedentes que otorgan el exceso de volumen que se está tratando quedan disponibles para ser retirados, consiguiéndose así un efecto de moldeado, reducción y levantamiento de la punta.
Acortamiento
La columela es la estructura de piel y cartílago que divide los dos orificios nasales. Luego de la nueva proyección de la punta nasal, es importante acortar la columela, porque de lo contrario podría resultar en un excedente y quedar sobresalida. Se retira por incisiones internas el sobrante de cartílago hasta lograr un aspecto armonioso.
Retirando la “giba” nasal
La mayoría de las veces es necesario retirar el exceso de dorso nasal, popularmente conocida como “giba”, ya que puede semejarse a la giba de los camellos. Esto se logra a través del corte del exceso de cartílagos y huesos, complementado por un raspado de esa zona.
Sutura de incisiones
Se procede a cerrar las incisiones mediante puntos separados con una sutura que sea absorbida por la piel o se caiga espontáneamente, de tal forma que no haya necesidad de retirarlos. El tiempo para la desaparición de las suturas es variable y puede oscilar entre una y tres semanas.
Resección de las alas nasales
Este paso colabora de manera importante con la disminución de la anchura de los orificios nasales. Se demarca la cantidad de piel que se va a retirar, procurando que la cicatriz coincida con el pliegue entre la nariz y el labio superior para conseguir una cicatriz imperceptible.

Folleto de rinoplastia
El Dr. Palencia ha escrito este documento para sus pacientes a fin de que estén lo mejor informadas posible acerca del procedimiento que tienen indicado.
Para acceder y descargar el Folleto de Rinoplastia escrito por el Dr. Palencia haz clic en el botón de descarga