Abdominoplastia

La abdominoplastia o dermolipectomía abdominal consiste en la resección de un segmento de piel y grasa abdominal al mismo tiempo que se restaura la tensión normal de la pared muscular.

 

La abdominoplastia es una de las intervenciones estéticas que más desazón causa al cirujano estético por las grandes dimensiones de la cicatriz y al mismo tiempo, es una de las que más satisfacen a las/los pacientes por el cambio importante que determina en su silueta Frecuentemente se combina con la lipoescultura de aquellos acúmulos de grasa que no se disminuyen con el adelgazamiento (ver Lipoabdominoplastia).

Como en la preparación de cualquier cirugía es necesario realizar una exploración completa para descartar cualquier tipo de patología que pudiera contraindicar el acto quirúrgico. Dentro de estas cabe destacar los problemas cardiovasculares, pulmonares y de la coagulación.

En los pacientes obesos se recomienda, siempre que sea posible, el adelgazamiento previo mediante un control por el endocrinólogo. En el caso de pacientes que resisten el adelgazamiento y presentan un abdomen de grandes dimensiones puede estar indicada la cirugía, siendo aconsejable la preparación de la pared abdominal unos días antes de la intervención mediante la realización de ejercicios respiratorios.

Debido a la gran extensión del despegamiento y a las dimensiones del colgajo que normalmente se practica en este tipo de intervenciones es importante que los pacientes fumadores dejen de hacerlo durante unas dos semanas antes de la operación. La razón de esto es que el tabaco ocasiona una alteración de la microcirculación que puede comprometer gravemente el resultado final.

Paso a paso

No hay mujer que sobreviva a la idea de lucir un vientre plano y una microcintura por toda la eternidad. Tener un talle modelado y exquisitamente atractivo a la vista de cualquier varón logra convertirse en una fijación. Aunque en el ámbito de la medicina estética existen diversas alternativas que podrían satisfacer “algunas” de las demandas, las más efectivas opciones se encuentran en el perímetro de la cirugía plástica, y la abdominoplastia, específicamente, va a la cabeza.

Éste es un procedimiento quirúrgico aplicable tanto en mujeres como en hombres, que elimina el exceso de piel y el tejido graso del abdomen medio y bajo, tensando los músculos de la pared abdominal, logrando así un vientre plano y más firme, a la vez una cintura moldeada; perdidos por diversas razones: el estiramiento de la pared abdominal tras el embarazo, tejido que queda colgando luego de una reducción de medidas devenido de un bypass gástrico o procedimientos similares, alguna condición hereditaria, entre otras. Como cualquier otra intervención necesita el diagnóstico previo del especialista; atendiendo a la idea de que, sin lugar a dudas, cada paciente es un mundo, es el cirujano quien deberá realizar todas las indicaciones prequirúrgicas necesarias.

Por otra parte, la dinámica y ejecución de la intervención son diferentes en hombres y en mujeres, ya que evidentemente los resultados taxonómicos esperados han de ser distintos. Es así que veremos en detalle cada uno de los pasos que conllevan a un procedimiento de este tipo en mujeres y los notorios resultados antes y después del mismo.

Demarcación del bikini antes de la cirugía

Es importante que el cirujano plástico tome en cuenta las necesidades y expectativas de la paciente en todos los sentidos. Una de estas necesidades estéticas es la forma en la que ella usa su ropa interior y traje de baño, ya que el cirujano deberá trazar como uno de sus objetivos el hecho de que la paciente pueda ocultar la cicatriz resultante de la cirugía con el bikini, sobre todo en los momentos de intimidad con su pareja o al ir a la piscina o la playa

Demarcación de la piel antes a retirar

La demarcación en forma de bikini permite además al cirujano asegurar la simetría de toda la longitud de la cicatriz. Una de las técnicas más usadas es la elipsoidal, que consiste en dibujar esta forma geométrica en el abdomen bajo, es decir, la porción de piel flácida, y generalmente con estrías, a fin de retirar lo necesario para lograr el estiramiento deseado. El borde superior de la piel que se va a retirar pasa justo por encima del ombligo, de tal forma que toda la piel que pase por debajo de éste será eliminada.

Retiro de la piel sobrante

El retiro de la piel sobrante de la región baja del abdomen se realiza con bisturí convencional o con electrobisturí, según la preferencia del cirujano. Esta maniobra se realiza respetando el ombligo, es decir, éste no es desinsertado como piensa mucha gente, sólo su piel es cortada de la piel del abdomen para luego ser suturada en su nueva posición.

Levantamiento de la piel y demarcación de los músculos flácidos

La porción de piel y grasa por encima del ombligo que va a ser estirada debe ser despegada de los músculos del abdomen. Luego, con el objetivo de proporcionar firmeza a la pared abdominal, se determina el grado de flacidez de la misma y se demarca con azul de metileno estéril una figura en forma de ojal a lo largo de los músculos abdominales desde el nivel más alto (cerca del esternón y las costillas) hasta el más bajo (cerca del pubis).

Sutura de los músculos abdominales

Con hilos de sutura gruesos y fuertes, se toman puntos separados buscando unir ambos bordes del ojal y confiriendo de esta forma firmeza al abdomen, a la vez de contribuir a mejorar el contorno corporal y conseguir la tan ansiada cintura.

Apertura del orificio umbilical

Tensando la piel abdominal, se promedia la altura del ombligo calculándola desde su posición interna. En una paciente de estatura promedio el ombligo se encuentra aproximadamente a 14 cms. del pubis. Luego de incidir la piel se retira la grasa excedente debajo de la piel.

Sutura del obligo en su nueva posición

Ahora con la herida abdominal parcialmente cerrada se procede a la sutura completa del ombligo en su nueva posición. Para esto existen diversas técnicas que su cirujano pudiera usar según sus preferencias.

Cierre de la herida y colocación del dren

Con la paciente en posición semisentada (para evitar el exceso de tensión sobre la herida) se procede al cierre completo de la herida abdominal, no sin antes colocar un dren (manguera) en la zona operada y que, por lo general, sale cerca de la zona del pubis. Esto último, aunque representa una molestia adicional para la paciente es una medida de prevención fundamental para evitar acumulación de secreciones. Generalmente, se retira entre el 3er. y 6to. día de postoperatorio.

Complicaciones

La abdominoplastia o dermolipectomía abdominal constituye una operación muy solicitada por las mujeres de más de 40 años que han tenido varios hijos y quieren mejorar el aspecto estético de su abdomen, pero que cada día es más frecuente entre jóvenes o adolescentes que aún no han tenido hijos e incluso entre hombres.

La prevención constituye el mejor tratamiento para desviar algunas de las desagradables complicaciones postoperatorias y la acertada elección del cirujano plástico, sin duda, será fundamental para avanzar hacia la meta: Un abdomen perfectamente plano y sano.

Si bien es cierto que la mejor disposición del paciente le motiva a manejarse con cuidados infatigables, así de cierto es también que la técnica médica, su calidad y dominio, la planificación adecuada, las buenas condiciones físicas del paciente antes y después de la operación garantizan los resultados.

Sin embargo, existen predisposiciones de salud del paciente que pueden resultar serios factores de riesgo para la recuperación estética postoperatoria como en el caso de la diabetes, los trastornos de coagulación, el consumo exagerado de aspirina o de cigarrillo, las enfermedades con inmunodeficiencia o la hipertensión arterial.

Por ello resulta tan importante confiar a un experto, la decisión de cambiar su apariencia física. El cirujano plástico ideal hará el manejo clínico del paciente atendiendo su salud, conociendo su historia médica, elaborará un diagnóstico y aplicará un tratamiento integral antes de someterlo a una operación.

En esta cirugía, aun cuando se sigan pasos operatorios preestablecidos, se realicen maniobras en tejidos superficiales y no se involucre directamente ningún órgano, pueden producirse complicaciones trans y postoperatorias con repercusiones estéticas y funcionales, que pueden ser inmediatas o tardías, severas o leves.

La diabetes, los trastornos de coagulación, el consumo exagerado de aspirina, las enfermedades con inmunodeficiencia, la hipertensión arterial y la historia previa de operaciones abdominales son factores que deben ser investigados desde la primera consulta.

La correcta planificación de la operación según la condición abdominal, la técnica quirúrgica adecuada y una exhaustiva coagulación de los vasos sanguíneos contribuyen a disminuir la calidad y el número de complicaciones.

Complicaciones inmediatas

Las complicaciones inmediatas aparecen en las primeras horas o días del postoperatorio. Aunque generalmente no son graves, algunas de ellas pueden poner en peligro la vida del paciente, por lo que el cirujano debe realizar un estricto control en el postoperatorio inmediato.

Se producen por la acumulación de sangre debajo de la piel, en la mayoría de los casos por una deficiente coagulación de los vasos o alteraciones de los mecanismos de coagulación sanguínea.

En los hematomas menos severos, el drenaje de la sangre acumulada mediante punción con aguja gruesa, la colocación de un vendaje compresivo y el reposo absoluto son suficientes para solucionar el problema.

En caso de hematoma severo, el tratamiento debe ser inmediato, con reposición de sangre total por transfusión y la reintervención para evacuar los coágulos y la sangre acumulada, al tiempo que se realiza la detención definitiva del sangrado.

 

El seroma es la acumulación de líquido seroso, no sangre, por debajo de la piel, se evidencia dentro de los primeros 10 días del postoperatorio. El paciente presenta el abdomen distendido y el signo de la “onda líquida” que se forma entre la piel, la grasa y los músculos de la pared abdominal.

Prevención

El uso de mangueras para el drenaje y la compresión de una faja ajustada reducen las posibilidades de su formación. Si aparece, su tratamiento es el drenaje o la punción.

El seroma es más frecuente en pacientes muy obesos a quienes se les ha retirado una importante cantidad de grasa.

Es la pérdida de vitalidad de la piel debido al deterioro de la circulación sanguínea o infección. Es una complicación local severa y con consecuencias estéticas importantes. Es poco frecuente y ocurre cuando la circulación de la piel ha sido comprometida durante la operación por exceso de estiramiento de la piel o la liposucción excesiva en la parte anterior del abdomen.

La necrosis de piel rara vez es diagnosticada antes del tercer o cuarto día del postoperatorio. Hasta ese momento, el área puede mostrarse enrojecida, amoratada, pálida, fría, hinchada y pueden aparecer ampollas.

Si la necrosis es pequeña, se cura retirando el tejido dañado y haciendo curaciones diarias e intensas. En los casos más severos, la necrosis puede extenderse hacia abajo y a los lados, generando una seria lesión estética y funcional.

Los gérmenes más comunes encontrados en las heridas de abdominoplastia infectadas son el estafilococo, estreptococo, escherichia coli y la pseudomona.

En general, las infecciones son menores y sin gravedad y pueden curarse con antibióticos, drenaje y curaciones en la zona. Rara vez aparecen infecciones severas donde es necesaria la reintervención, el drenaje de pus o severas celulitis.

Frecuentemente las infecciones aparecen cuando se realizan operaciones combinadas entre la abdominoplastia, pélvicas y otros procedimientos estéticos.

Complicaciones tardías

La mala posición del ombligo con respecto a la línea media y en relación con el tercio inferior del abdomen es una de las complicaciones más frecuentes.

Para evitarlo el cirujano plástico debe realizar una cuidadosa demarcación antes de la cirugía y cuidar su colocación exacta.

Cuando se diagnostica durante el postoperatorio debe esperarse entre seis meses y un año para realizar la corrección de la mala posición umbilical.

El excedente de piel en los extremos de la herida llamado comúnmente orejas de perro se solucionan después de los seis meses del postoperatorio con su eliminación quirúrgica.

Las cicatrices patológicas son poco frecuentes. El queloide debe ser tratado apenas se detecte, aunque el paso del tiempo produce una notable mejoría de la calidad de la cicatriz, por lo que la paciencia es vital en estos casos.

La mala ubicación de la cicatriz, demasiado abajo o arriba del lugar deseado, depende de la inadecuada marcación preoperatoria.

La paciente debe conocer que para evitar este tipo de errores el cirujano debe hacerle la marcación estando de pie, convenir el lugar donde debe ubicarse la cicatriz según los dictados de la moda actual para el uso de trajes de baño y ropa interior.

Folleto de abdominoplastia

El Dr. Palencia ha escrito este documento para sus pacientes a fin de que estén lo mejor informadas posible acerca del procedimiento que tienen indicado.

Para acceder y descargar el Folleto de Abdominoplastia escrito por el Dr. Palencia haz clic en el botón de descarga.